La vida y obra de David Alfaro Siqueiros se interpreta desde el ámbito político y artístico que no pueden ser separados; su vida estuvo regida por sus ideales comunistas y su deseo de crear y concebir al arte como un ente público. Por ello su trabajo se centró en incorporar nuevas técnicas, elementos y herramientas. Sus aportaciones hacia el arte plástico y su participación dentro del Movimiento Muralista Mexicano se comprenden por medio de su obra y de la vida política del siglo XX. Para entender a Siqueiros y su arte es necesario seguir trayéndolo a la conversación.
Publicado el
31/07/2024
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Resumen
Vida y obra
Este pintor fue llamado uno de los tres grandes del Movimiento Muralista Mexicano. La producción artística de Siqueiros es un universo complejo, interesante e intenso. Para entender al Siqueiros pintor es necesario, primero entender al Siqueiros político, revolucionario, idealista, activista y comunista. La obra de Siqueiros no puede ser separada de lo político, ni de lo estético, son elementos complementarios, sus posturas políticas le permitieron crear sus propias concepciones estéticas.
Para 1936 ocurre un parteaguas en su carrera artística, comienza a incorporar elementos para sus murales y pinturas. Su obra entonces comenzó a ser filmada, animada y fotografiada, su obra no perdía su propia efectividad política. Era gustoso de usar herramientas y elementos que completarán la experiencia de él cómo pintor y del espectador. Siqueiros era un grandioso comunicador de masas, tenía métodos bastantes claros como artista y por eso recurrió a elementos como el cine, con la finalidad de poder llegar a todo público que estuviera dispuesto a ver y apreciar su obra.
Su principal aportación a la historia del arte y al movimiento muralista mexicano fue: La poliangularidad. Para Siqueiros convertir la pintura en un lenguaje era indispensable, y por eso hizo uso del lenguaje de medios de comunicación masiva, usaba pintura automotriz, utilizó cemento en lugar de arena, utilizó elementos que pertenecían a otros medios y los adaptó y aplicó en la pintura. La intención de la poliangularidad es la interacción entre el espectador y la obra, para que fuera más íntima y por ello necesita del movimiento del espectador, tratando de darle un sentido y explicación a la obra que se muestra. Conforme lo aplicaba lo iba perfeccionando, por eso en su última obra La Marcha de la humanidad es un elemento importante para la obra y su interacción con el espectador. La obra de Siqueiros es una fusión entre la experimentación plástica y su compromiso político. Creó una visión estética trascendental, sin descuidar la realidad social e histórica de su entorno.
Siqueiros fue el muralista más comprometido políticamente, insistió siempre por un arte político y público, por ello fue probablemente quien más combatió por llevar sus ideas políticas y revolucionarias a la práctica. La obra de Siqueiros conecta con el espectador con el presente y le permite proyectarse hacia el futuro. La vida y obra de Siqueiros tiene matices bastantes interesantes que nos brindan información respecto a la vida política, social y cultural mexicana del siglo XX. Por ello traer a la conversación a este personaje hace que exista un cuestionamiento sobre los años de vida de este personaje y como se compenetró en la vida nacional.
Muralismo Mexicano
La creación del Muralismo Mexicano fue una consecuencia del levantamiento armado mexicano de los primeros años del siglo XX. El producto fue una iniciativa del gobierno postrevolucionario de Álvaro Obregón y de su entonces secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, quiénes comenzaron a invitar a sumarse al movimiento a artistas plásticos distinguidos del momento, entre ellos destacan los llamados tres grandes: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, junto con algunos otros pintores de la época. Este hecho marcó el renacimiento pictórico nacional, que se transformó en el mayor suceso de trascendencia en la historia plástica de México.
El Muralismo Mexicano logró abordar temas muy diversos y complejos que para la sociedad de la época eran importantes de mencionar y por ende de retratar, según los pintores. La representación cultural fue un eje importante en la elaboración de los murales, entre los temas destacan: aspectos étnicos, míticos, políticos e históricos. Cada artista tenía una visión y una postura política individual, por ello la diversidad de tratamientos en los temas, como la mexicanidad, tema que fue llevado desde lo mítico, pasando por lo sacro y por personajes históricos que proyectaron la identidad nacional. Al inicio del movimiento, en 1922 se comenzó a realizar un trabajo colectivo que necesitaba de un esfuerzo compartido, por eso era necesario una organización conveniente; los artistas se asumieron como obreros comisionados por la Revolución en el poder, por tanto, tenían que luchar por los objetivos ideológicos del Muralismo.
Héctor Jaimes menciona que la filosofía del muralismo sentó sus bases en los ideales colectivos de los pintores y sus aspiraciones políticas, pero a su vez también mostraba una ruptura con la visión tradicional del artista como genio-creador. Las obras expuestas en los murales guardaron una relación directa con la monumentalidad de las ideas que se presentaban y los artistas generaron una forma colectiva de trabajo, entonces el grupo tenía que contribuir también a la creación del mural, lo que implicaba la presunción de la fuerza colectiva como fuerza creadora. Pero, más allá de la ruptura de la tradición individualista de la creación artística, habría que tomar en cuenta que su filosofía también originó una ruptura con la manera de mostrar el arte.
El arte sufrió un proceso de trasformación dentro del desarrollo del Movimiento Muralista Mexicano, pasó de ser un arte para unos pocos a ser un arte para todos, por eso eran necesarios elementos como: espacios públicos, tamaños grandes y la consigna de pintar mucho en poco tiempo, estos aspectos lograron que el arte estuviera en edificios, espacios públicos, superando la función de los museos de ser el único sitio que alojaba el espacio artístico. El arte público que proponía el movimiento llevaba implícita la idea de que el espectador es un agente libre, que no tiene dependencia de ninguna institución para poder tener y merecer la experiencia del goce estético.
El movimiento fue una forma revolucionaria de representar la cultura y de concebir la historia. Su trascendencia es preservar los murales, preservar la cultura, porque preservar la cultura es igualmente una forma de forjarla en media de las vicisitudes políticas de la época y de la contemporaneidad. Los pintores y Siqueiros después de la Revolución Mexicana tuvieron un papel central en la vida cultural y social del país. Más que una revelación del yo individual, los murales fungieron como el sitio donde los pintores pudieron expresaron desde el principio el carácter comunal de la experiencia nacional que atravesaban desde la conformación y el proceso del movimiento. Por ello es que en su gran mayoría los artistas estaban conscientes de estar tomando posturas políticas radicales.
El muralismo mexicano significó una revolución dentro del arte y de la propia concepción de ella. Entre las propuestas e ideas surgió la necesidad de representar la historia de México con todos sus matices, con la injusticia, con la crudeza, con el valor hacia los habitantes originarios de la región; debido a esto, los indígenas, campesinos y obreros se volvieron un foco importante para los pintores y sus obras.
El Movimiento Muralista se nutrió de dos fuentes importantes: el espíritu de renovación, la trasformación política-social que se obtuvo de la Revolución Mexicana pues trajo consigo una nueva conformación sobre del espacio cívico y la adquisición de aspectos ideológicos provenientes del marxismo. Los propios muralistas fueron entonces quienes intentaron, desde un principio y desde sus espacios como pintores y creadores del movimiento de radicalizar la revolución a través de los murales, los cuales mostraban los conflictos sociales de la sociedad mexicana postrevolucionaria que buscaban poder generar entonces una matriz crítica. La estética del muralismo se considera de manera general como una estética dialéctica, pues capta y representa a la sociedad mexicana en una realidad conflictiva y cambiante.
El Muralismo Mexicano es una creación artística, un hecho social que contiene una relevancia significativa. El fenómeno artístico que es el Muralismo Mexicano es un parteaguas en cuanto a la forma en que se buscó hacer arte, la búsqueda de un estilo propio y es así, que se convirtió en el movimiento que le dio independencia al arte mexicano, respecto de las estéticas europeas. El arte mexicano se proyectó hacia el mundo del siglo XX. Los muralistas lograron cambiar la forma en que se narraban la popularidad y las tradiciones del país.
José David Alfaro Siqueiros fue una pieza clave dentro del Movimiento Muralista Mexicano, de los tres grandes, fue quien más arriesgó a nivel estético y técnico, no se limitó al fresco e investigó y puso en marcha nuevos materiales, herramientas y elementos, tuvo aportaciones bastante significativas como el uso de la fotografía, la poliangularidad, la pintura automotriz y rompió con las barreras renacentistas y el espacio cubico y siempre hizo al espectador parte de su obra. Su radicalización primero como político y activista lo llevaron a ser un artista comprometido con la lucha revolucionaria, por ello su posición respecto al sentido y propósito del arte siempre fueron clave, que el arte subversivo tenía que estar al servicio del proletariado y por ello el arte tenía que ser el vehículo que formará la conciencia, es algo por lo que siempre abogó y luchó Siqueiros.
El Movimiento Muralista Mexicano cambió la forma en que se hacía y se concibió el arte, este gran fenómeno artístico fue el más importante para el arte mexicano del siglo XX, logró darle al arte mexicano su independencia de las estéticas europeas que predominaron por mucho tiempo en la esfera nacional. Los muralistas lograron cambiar la forma de narrar los acontecimientos históricos de México. Los artistas relacionaron sus ideas políticas y sociales con su arte, para llegar a las masas mediante los espacios públicos. Los pintores cumplieron con el rol de acercar al pueblo mexicano hacia la cultura y la historia. El movimiento y los participantes cumplieron su papel social, fueron más allá de solo pintar muros de espacios públicos y por eso el movimiento tuvo un sentido, una pertenencia y es un parteaguas en la vida plástica nacional.
Es necesario seguir trayendo a la conversación a Siqueiros para seguir hablando y analizando su arte, sus innovaciones, las secuencias de su obra y sobre todo para poder entender al arte, a la sociedad, a la política y a la historia del siglo XX.
Imágenes (de arriba hacia abajo e izquierda a derecha)
- Mediateca INAH tomada por Nacho López, 1950.
- La Marcha de la Humanidad, 1971. WikiArt.
- La nueva democracia. Fuente: WikiArt.
- Del Porfirismo a la Revolución. Artsy.
- Caín en los Estados Unidos, 1947.
- Fotografías: SAPS; INBAL.
Bibliografía y fuentes:
- Alfaro Siqueiros, David, Me llamaban el Coronelazo. Memorias de David Alfaro Siqueiros, Grijalbo, México, 1977.
- Charlot, Jean, El renacimiento del muralismo mexicano, 1920-1925, Domés, México, 1985.
- Herner, Irene coord. Instituto Nacional de Bellas Artes, Siqueiros: el lugar de la utopía, 1994.
- Jaimes, Héctor, Filosofía del muralismo mexicano: Orozco, Rivera y Siqueiros, Plaza y Valdés Editores, México, 2012.
- Solís, Ruth, Vida y obra de David Alfaro Siqueiros, Fondo de Cultura Económica, México DF., 1975.
- Suarez, Orlando, Inventario del muralismo mexicano, Universidad Autónoma de México, México DF., 1972.
- Tibol, Raquel, Palabras de Siqueiros, Fondo de Cultura Económica, México DF., 1996.
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